CUANDO DOS CAMPEONES SON RECHAZADOS

Desde la tribuna del estadio -los más afortunados- o a través de medios de comunicación -el común de los mortales- observamos con aparente corta distancia las exitosas carreras de estos dos profesionales de alto rendimiento. Todos sabemos que Arturo Vidal (Con una excelente performance en Alemania) y Alexis Sanchez (Jugador clave en Arsenal) no son malos en lo que hacen, ellos han demostrado con resultados un nivel superlativo tanto en sus equipos anteriores como en la selección nacional, no obstante, hoy no son los preferidos de sus nuevos empleadores.

¿Son malos profesionales? 

¿Carecen de las habilidades que justifican el valor de sus contratos? 

Si los ponemos a competir en Chile, ¿Estarán bajo el rendimiento promedio de un jugador nacional?

Claramente la respuesta a las preguntas anteriores es negativa. Sin embargo, hoy en Barcelona y en Manchester ambos profesionales no lo están pasando bien . Bastó una conjugación de factores para que las nuevas organizaciones a las que respectivamente estos jugadores se han cambiado no les permitan desenvolver su máximo potencial profesional, de hecho, ni siquiera pueden mostrar su trabajo en la cancha, ya que han sido relegados a la banca por sus jefes directos.

Ellos no dudan de sus capacidades, porque tienen optimismo para sobrellevar estos obstáculos y una mentalidad ganadora que los ha posicionado donde hoy están, gracias a su mejora continua producto de la auto crítica. Quizás guiados por sus desempeños y resultados  no contemplaban que cambiarse a un nuevo equipo donde trabajar, es también enfrentarse ante una nueva cultura, un nuevo entrenador es abrirse a un nuevo estilo de liderazgo, las estrategias a las que deben alinearse obedecen a las exigencias de cada competición... 

Toda decisión de cambio implica un factor de riesgo que se justifica por el retorno económico y bien sabemos que a mayor retorno económico y de trascendencia profesional (en este caso gloria, historia y reconocimiento), mayor es la tasa de riesgo del cambio de empleador.

Pasa en el fútbol, pasa en la vida y también puede ocurrir en nuestra carrera profesional.

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